En el seguro de mascotas, la responsabilidad civil es una póliza que cubre el daño que puede provocar una mascota a terceros. Pueden ser tanto daños materiales o lesiones corporales a otra persona. Cubre tanto la responsabilidad civil del propietario de la mascota como la de un poseedor ocasional. Es decir, si una persona que no es el dueño saca a pasear al animal doméstico, el seguro también le protege ante posibles daños.

En España, se ha aprobado la Ley de Bienestar Animal que establece que todos los propietarios de perros deben contratar obligatoriamente un seguro de responsabilidad civil. En esta obligatoriedad, no entran el resto de coberturas del seguro de mascotas, como la asistencia veterinaria o la defensa jurídica.

Las coberturas pueden variar en función de la compañía aseguradora. Lo que sí que siempre quedan cubiertos son los daños que pueda causar el animal cuando esté en custodia del tomador y asegurado, su cónyuge, descendientes y ascendientes. Algunas aseguradoras también cubren a los cuidadores temporales no remunerados o a los empleados domésticos del tomador y asegurado.

La cobertura de asistencia veterinaria en un seguro de mascotas es un conjunto de servicios y beneficios que proporciona la compañía de seguros para ayudarte a cubrir los gastos relacionados con la salud y el cuidado de tu animal de compañía. Estos seguros están diseñados para ayudar a los dueños de mascotas a afrontar los costos asociados con accidentes, enfermedades, cuidados preventivos y otros servicios veterinarios necesarios para mantener a sus mascotas en buen estado de salud.

A continuación, te apuntamos las coberturas de la asistencia veterinaria en un seguro de mascotas:

• Consultas veterinarias: La mayoría de los seguros de mascotas cubren las consultas veterinarias de rutina, donde un veterinario evalúa la salud general de tu mascota, proporciona vacunas y realiza exámenes físicos.
• Tratamientos médicos: Los seguros de mascotas suelen cubrir los gastos de tratamiento médico en caso de enfermedad o lesión, lo que incluye medicamentos, cirugía, hospitalización y terapia.
• Cuidados preventivos: Algunos seguros ofrecen cobertura para cuidados preventivos, como vacunas, desparasitación, esterilización o castración, análisis de sangre y otros procedimientos que ayudan a mantener a tu mascota sana.
• Pruebas y diagnóstico: Los seguros pueden cubrir el costo de pruebas de diagnóstico, como radiografías, ecografías, análisis de laboratorio y otros exámenes que sean necesarios para determinar la causa de una enfermedad o lesión.
• Odontología: Algunos seguros también incluyen cobertura dental para procedimientos como limpiezas dentales, extracciones y otros tratamientos relacionados con la salud bucal de tu mascota.
• Hospitalización: Si tu mascota necesita ser hospitalizada debido a una enfermedad o lesión grave, la cobertura de asistencia veterinaria puede incluir los gastos asociados con su estadía en el hospital.
• Servicios de emergencia: Los seguros de mascotas a menudo cubren los gastos de atención de emergencia, como visitas a la clínica veterinaria fuera del horario de atención normal o consultas de fin de semana.
• Eutanasia y cremación: Algunos seguros también pueden cubrir los costos de eutanasia y cremación en caso de que sea necesario tomar esta difícil decisión.

Es importante destacar que la cobertura y los términos pueden variar según la compañía de seguros y el plan que elijas. Debes revisar detenidamente los términos y condiciones de tu póliza para comprender qué servicios están incluidos y cuáles no, así como los límites de cobertura y los deducibles que puedan aplicarse.

La franquicia es una pequeña cantidad de dinero que tendrás que abonar en caso de que tu mascota requiera algún servicio. Ya sea en el caso de la cobertura de Asistencia Veterinaria o por la Responsabilidad Civil. Es una opción que la compañía de seguros te puede ofrecer, es decir, un seguro de mascota con o sin franquicia.

Gracias a la franquicia se obtiene un precio más barato del seguro, a cambio de que la aseguradora asuma un riesgo más moderado, ya que el propietario será quien deba pagar la cantidad acordada siempre que haya un siniestro amparado por la póliza. Si el daño supera esa cantidad, será la aseguradora quien pague el resto.

Es interesante contratar la franquicia si tu mascota no va a requerir de mucha asistencia o pueda provocar algún daño a terceros. Así, el precio del seguro será considerablemente más barato. Pero si tienes una mascota que enferma a menudo, es mejor no contratar la franquicia.

Por otra parte, cuando se trata de gastos de escasa relevancia, nos conviene pactar una franquicia de porcentaje, ya que podríamos tener que pagar el importe completo.